Escucha este artículo aquí:
Si hoy la ciberseguridad fuera un deporte, no sería ajedrez: sería ajedrez contra reloj. La IA en ciberseguridad ya corre los primeros metros —detecta, correlaciona y dispara respuestas repetitivas— mientras los equipos humanos conservan “la última jugada”: la que equilibra riesgo, continuidad operativa y reputación.
En Nova vemos esta dualidad todos los días. La clave no es escoger entre máquinas o personas, sino orquestarlas. Y ahí es donde Radware destaca: automatiza lo que debe ser inmediato y deja en manos del equipo lo que afecta a clientes, ingresos o cumplimiento.
Dónde la IA debe tomar el volante
Los picos anómalos de tráfico, los patrones de DDoS que evolucionan en minutos, los bots que se disfrazan de usuarios legítimos o los abusos a APIs no esperan a una mesa de cambio. Radware usa modelos de comportamiento y aprendizaje continuo para:
- Detectar y contener en segundos sin depender de firmas estáticas.
- Mantener la experiencia de usuario, mitigando con precisión quirúrgica para no tirar servicio por exceso de celo.
- Reducir el “ruido” operativo, priorizando eventos que sí requieren atención humana.
El resultado práctico: baja el tiempo medio de detección, y el tiempo medio de respuesta deja de estar atado a análisis manuales. El reloj corre a tu favor.
Dónde los humanos deben tener la última palabra
Cuando una acción puede interrumpir ventas, bloquear clientes o activar obligaciones regulatorias, la automatización necesita barandales. Radware lo resuelve con una operación “human-in-the-loop”:
- Playbooks con niveles de confianza: lo rutinario se ejecuta solo; lo sensible pide aprobación.
- Contexto para decidir, no solo alertas: impacto en aplicaciones, clientes y dependencias.
- Trazabilidad completa para auditoría y post-mortem.
Porque una defensa moderna no es “todo automático” ni “todo manual”: es automático por defecto, supervisado cuando importa.
Así se ve en producción
Una tienda en línea recibe un pico súbito de solicitudes a checkout.
Radware reconoce el patrón de agresión de bots, activa mitigación en capa de aplicación y mantiene la latencia bajo control. En paralelo, envía al SOC un resumen accionable: fuente, rutas afectadas y opciones de ajuste.
El analista autoriza endurecer una política solo para un segmento geográfico y ventana temporal. Clientes reales compran sin fricción; el ataque pierde efecto y el negocio no se detiene.
¿Por qué Radware para esta defensa híbrida?
Porque integra detección basada en comportamiento, mitigación automática y control humano en una sola plataforma para WAF, protección de APIs, Bot Management y DDoS —en nubes públicas, on-prem o entornos híbridos— con visibilidad unificada y métricas que el negocio entiende.
En Nova ayudamos a definir esa línea fina entre lo que debe correr solo y lo que requiere tu criterio. Diseñamos playbooks por criticidad, conectamos con tu ITSM y dejamos la evidencia lista para auditoría. Menos faena operativa; más control real del riesgo.
¿Quieres ver cómo se orquesta esta defensa en tu entorno? Te armamos una demo con Radware enfocada en tus aplicaciones críticas.
Para mantenerte informado y protegido, sigue las redes sociales de Nova en: Instagram, Facebook y LinkedIn, donde puedes encontrar más noticias y conocer las soluciones en ciberseguridad que ofrecemos.