Escucha este artículo aquí:
Los datos ya no “viven” en el data center… viven en los endpoints
En teoría, los datos importantes de la empresa están en sistemas controlados, cifrados y auditados. En la práctica, sabemos que no es así.
Tu información sensible —facturación, propiedad intelectual, datos personales de clientes, credenciales de acceso, reportes internos— está en las laptops del equipo directivo, en las estaciones de trabajo de ingeniería, en el endpoint del analista que hoy está trabajando desde su casa en otra ciudad. Ahí es donde se consulta, se copia, se descarga, se imprime, se comparte.
Y ahí es donde más se pierde.
El robo o fuga de información ya no es un incidente raro. A nivel global, casi una de cada tres organizaciones reportó pérdida de datos en el último año, frente a una de cada seis el año anterior. Eso significa algo muy claro: la ventana de exposición está creciendo, y rápido.
Por eso hoy hablar de prevención de fuga de datos en endpoints (endpoint DLP) ya no es opcional ni algo que “le toca a compliance”. Es parte directa de la continuidad del negocio.
En Nova lo vemos todos los días: si no tienes control en el endpoint, no tienes control real.
Qué es endpoint DLP (y por qué no es lo mismo que “poner más antivirus”)
Cuando hablamos de endpoint DLP nos referimos a la capacidad de evitar que información sensible salga de un dispositivo sin autorización, de forma accidental o maliciosa.
No se trata solo de bloquear USBs o marcar archivos como “confidenciales”. Endpoint DLP observa lo que pasa con los datos en tres momentos clave:
- Datos en reposo: lo que está guardado en la máquina (archivos locales, descargas, bases de datos locales).
- Datos en movimiento: lo que se está enviando a otro lado (correo personal, nube no autorizada, mensajería, copia a un USB).
- Datos en uso: lo que el usuario está viendo / manipulando en ese momento (copiar/pegar, imprimir, hacer captura de pantalla, exportar reportes).
La lógica es simple: si entiendes qué dato es sensible, con qué usuario está interactuando y hacia dónde intenta llevarlo, puedes detener una fuga antes de que se convierta en un incidente grave.
Esto es clave porque el punto más débil no siempre es un atacante externo sofisticado. Muchas veces es un colaborador bien intencionado haciendo algo rápido “para avanzar”, o alguien que ya no debería tener acceso… pero aún lo tiene.
Lo que estamos tratando de evitar realmente: el escenario de riesgo actual
Un equipo que no tiene control sobre lo que ocurre en los endpoints está expuesto a varios tipos de pérdida de datos al mismo tiempo:
Primero, la exfiltración directa. Es el caso clásico de alguien que copia información sensible a un USB o la sube a un servicio personal en la nube. Es el típico “me llevo esto para trabajarlo en casa”. Ese “esto” puede ser código, listas de clientes o reportes financieros sin anonimizar.
Segundo, el abuso de privilegios internos. Hablamos de accesos que se usan para algo que no corresponde: descargar información de clientes que no te toca ver, consultar un repositorio que no es parte de tu rol, sacar datos de forma silenciosa antes de cambiar de trabajo. Aquí el atacante puede ser interno… o alguien externo que ya comprometió esas credenciales.
Tercero, las fugas accidentales. Enviar un archivo sensible en un correo equivocado. Compartir un documento interno en un canal público de colaboración. Subir información personal identificable (PII) a una herramienta que no está aprobada. Nadie lo hace con mala intención, pero el riesgo legal y reputacional es el mismo.
Y cuarto, lo que casi nunca se detecta a tiempo: comportamiento inusual. Transferencias fuera de horario. Descargas masivas desde una sola máquina. Exportes repetidos de información regulada. Cargas de datos hacia dominios “raros”. Todo eso son banderas amarillas… si las ves. Si no las ves, pasan como “actividad normal”.
Endpoint DLP existe para que esas banderas se vean y se actúe antes de que sea tarde.
¿No basta con “ya tengo DLP”?
Depende qué entiendas por DLP.
Muchas empresas ya tienen controles en red (lo clásico: inspeccionar tráfico saliente, revisar adjuntos de correo, bloquear uploads hacia ciertos destinos). O tienen controles en nube (políticas en Microsoft 365, Google Workspace, etc.). Eso suma, pero no cubre todo.
¿Por qué? Porque hay tres realidades incómodas:
- Mucha información nunca toca el perímetro de red. Vive localmente en la máquina y se mueve directo de endpoint a endpoint.
- Mucha información sensible se genera en el endpoint, no en la nube. Reportes descargados, extractos exportados, capturas locales.
- Los atacantes ya entendieron que el endpoint es el lugar más fácil para sacar datos sin hacer ruido.
Ahí es donde entra endpoint DLP: política aplicada en el dispositivo, en tiempo real, con contexto de usuario, archivo y acción.
Y aquí es donde hablamos de Tanium.
Dónde entra Tanium en todo esto
Importante decirlo sin rodeos: Tanium no es “una herramienta DLP pura”. Tanium no pretende reemplazar tu solución DLP dedicada. Lo que hace Tanium —y por eso lo usamos como pilar en muchas estrategias de riesgo— es habilitar algo que la mayoría de las herramientas DLP tradicionales no logran bien: visibilidad en tiempo real y capacidad de actuar al instante, a escala.
Te explico porque eso importa.
Para poder prevenir fuga de información necesitas tres cosas básicas:
- Saber qué hay en cada endpoint.
- Detectar cuando pasa algo que no debería pasar.
- Corregirlo sin esperar una ventana de mantenimiento o un cambio manual.
La mayoría de las plataformas de protección de datos se rompen justo ahí. Ven algo raro, generan una alerta… y esa alerta se queda esperando a que alguien la lea.
Con Tanium, el flujo se acelera.
Visibilidad en vivo de cada endpoint
Tanium opera como una capa de gestión autónoma de endpoints (Autonomous Endpoint Management). Eso significa que la plataforma tiene inventario vivo de lo que hay en cada dispositivo: qué datos están ahí, qué software está corriendo, qué procesos están activos, qué puertos están abiertos, qué usuario está logueado.
No estamos hablando de un “reporte de ayer”. Estamos hablando de saber ahora mismo qué está pasando en miles de equipos, al mismo tiempo. Eso cambia completamente la conversación de riesgo.
Contexto de riesgo, no solo volumen de eventos
Cuando detectas que alguien está manipulando información sensible, lo que quieres no es solo “alertar”. Lo que quieres es saber qué tan crítico es ese endpoint, qué tan sensible es ese archivo y qué tan expuesto está ese usuario.
Tanium te da ese contexto de forma inmediata porque cruza postura de seguridad, nivel de criticidad del activo, software instalado, exposición conocida, vulnerabilidades abiertas, etc. Eso permite priorizar qué atender primero sin ahogarte en alertas.
Respuesta rápida (sin tickets eternos)
Aquí está la parte que más valoran los equipos de TI y seguridad: Tanium permite actuar. No solo ver.
Puedes aislar un endpoint, ajustar una política, bloquear una acción, deshabilitar temporalmente un proceso, revocar accesos… sin esperar a que alguien se conecte manualmente a ese equipo remoto. Eso le quita minutos (a veces horas) al tiempo de exposición.
Cuando hablamos de pérdida de datos, minutos importan.
Por qué esto le importa al CISO (y también al área legal)
Para seguridad: Tanium reduce el tiempo entre “alguien hizo algo que no debía” y “lo contuvimos”. Eso es oro cuando hablamos de fuga de datos sensibles o incidentes de cumplimiento.
Para cumplimiento: Tanium ayuda a demostrar control. Regulaciones de privacidad y marcos de referencia como NIST CSF 2.0 ya no te preguntan solo si tienes políticas. Te preguntan si puedes probar que estás monitoreando, que sabes qué endpoints están en riesgo, que puedes responder a incidentes de datos con rapidez y consistencia.
Para el negocio: menos improvisación. Menos sustos de “alguien subió la base de clientes a su drive personal”. Menos pánico de último minuto antes de una auditoría. Menos riesgo de impacto reputacional.
Dicho de otra forma: Tanium hace que tu estrategia de protección de datos deje de ser reactiva y empiece a verse como un control operativo continuo.
¿Necesito cambiar todo lo que ya tengo?
No. Este punto es importante.
Endpoint DLP sigue siendo necesario. Las políticas que bloquean copia no autorizada, que impiden mandar cierto tipo de archivo hacia afuera, que limitan qué aplicación puede tocar qué información… todo eso sigue siendo fundamental.
Lo que nosotros proponemos como Nova —y lo que vemos que funciona mejor— no es “elige una u otra”, sino integrar.
- Tu endpoint DLP aplica las reglas.
- Tu SIEM / SOC recibe las alertas.
- Tanium da el estado real del endpoint y ejecuta la acción correctiva en caliente.
Eso es lo que reduce riesgo de verdad.
En resumen: proteger la información ya no es solo detener al atacante
Proteger la información hoy significa monitorear el endpoint como si fuera una sucursal crítica del negocio. Porque lo es.
Con una estrategia moderna de prevención de fuga de datos en endpoints puedes:
- Saber dónde está tu información sensible en cada momento.
- Detectar usos indebidos —accidentales o malintencionados— antes de que se conviertan en incidente legal.
- Frenar movimientos de datos en el punto donde ocurren, no después.
- Responder rápido, con evidencia, y con trazabilidad.
Y con Tanium puedes sumar algo que pocas organizaciones tienen hoy: visibilidad en vivo y capacidad de actuar en el endpoint sin esperar a que “alguien más” lo atienda.
Eso es control operativo real. Eso es gestión de riesgo en serio.
Para mantenerte informado y protegido, sigue las redes sociales de Nova en: Instagram, Facebook y LinkedIn, donde puedes encontrar más noticias y conocer las soluciones en ciberseguridad que ofrecemos.


